EL CANTO DEL CISNE
Atrás quedan esos ecos,
Pétalos acostumbrados a tu voz indomable de cisne.
Cisne que significa la palabra pasada que no volverá
a escucharse
Ella vierte conmigo un llanto similar al de un cisne.
Más abajo, más abajo, donde los pétalos se hundieron
y flotaron en una danza de sueños
aprenderán la canción
rejuvenecida de su boca de cisne.
La Muerte, así se llama, suena dentro de ti,
en tus plumas blancas, en tu cuello blanco y largo,
en tu aleteo, en tu vida, en tu cuerpo sumergido.
Tu canto suena como un eco que no volverá
a escucharse.
El Canto del Cisne
Cuando las burbujas estallan al anochecer en mi lago,
cuando detrás de la ventana tus ojos se abren y contemplan el frío
Es tu frío de amor
cuando el violín recapacita,
cuando en tu convicción lo prometes,
cuando eres fuerte, el sueño no te puede,
cuando esta música te emociona y crees en ti
Ya no puedes sino anunciarlo al viento que te escucha
Con la paz en el alma pronuncias te amo.
En la furia del vendaval se agitan dos almas
Dos almas iguales,
los sexos unidos por una sola idea
los árboles tenaces arraigados en la tierra:
El deseo se torna anhelo.
Yo soy el que anhela el sueño imposible,
quien nunca ha podido decir a gritos amor.
El amor me aprisiona, me vence.
Cuando muero tengo en mis labios esa palabra,
palabra que enciende la más hermosa Creación.
Berenice
Cuando veo tu sombra creo en la luna:
La luna de todos.
Cuando escucho las hojas crujir ilumino el suelo
tendido con la quietud de mi cansancio igual
y creo en Dios y contemplo los pinos, absorto
y mudo la piel que me protegió. Vuelo
lejísimo llanto de estrellas
y escucho tu voz de tu boca a su eco decir te amo.
Luego hay barcos que surcan solos el horizonte
ellos llevan en sus proas el peso de mi mirada
y veo llover a la vez todas las nubes
y veo llorar a la vez todas las lágrimas:
Las del atardecer.
Me seducen a veces cuando el sol se pone y los pájaros duermen.
Poema
Enamorarse es sentirse inocente
En tus brazos mar adentro el cielo
Se torna inaparente, casi vacío,
Devuelto a su condición más grande.
Oh, Eterno e Infinito!
Como huelo tu aroma disuelto por el aire,
Como huelo tu aroma fugaz y vespertino!
LIBRO I
ARIANNE
Encuentro que los lagos redondos se parecen
a los nenúfares
cuando el agua cae y se confunde con el lago maravillosa.
El agua es primavera,
transparente como el cristal salvaje,
inocente como una niña y no tiene sabor conocido.
Los lagos redondos siguen pareciéndose a los nenúfares.
Y cuando son románticos también a mis ojos.
Pero mis ojos son barro que sueña en Arianne
y con una melodía peregrina
cruza montañas y riberas adormecidos.
Arianne: Cada árbol está sometido a la ley de L'estro armonico
y de La Stravaganza.
Cada árbol, cada flor,
cada sonrisa, cada lamento,
cada fruto
está sometido a la ley de los vientos imposibles
de un tal Vivaldi...
Arianne...
______
Los bosques maduran y se vuelven marrones con el tiempo;
Y el Otoño
llora con la emoción en que aparece junto al viento
para la vida de los bosques marrones
y la caída de los arroyos.
Me recuerda a ti. El ruido del agua
suena al caer cuando se precipita y se rompe
sin temor.
Cada vez más profunda. Los bosques abajo.
BELINDA
Vamos a llevar a la muerte a las bestias
indomables
y sus cuchillos que se alargan
los corazones demasiado
las grietas que lloran.
Vamos a llevar a la muerte de la ilusión
a esas bestias prematuras, Belinda,
con las piedras en las manos desnudas
con el rostro escondido entre las manos.
Siento una ley en mis miembros que me encadena a la ley del pecado, bestias.
Este es mi rostro verdadero
que en el estanque de Raixa al reflejarse descubre
las uvas para los pájaros,
la tela para el pintor, sus verdades como una piel
terribles y melancólicas.
_______
Cuando estoy triste, Belinda,
sentado en una silla y
recordándote, anhelando tu voz abriéndose camino por el aire,
entre mis manos la música que creo, la música
en la que creo.
Mi querida Belinda
¿Por qué no puedo contener las lágrimas
que hace tiempo me quieren dejar?
Sé que no perdonan mi error, sé que estuve
equivocado, lo sé
Aunque...
Cuando estoy triste, estoy triste de por vida.
Todo mi caminar es llanto y polvo.
Piso el polvo, piso el llanto, y ese es mi camino.
¡Qué destino! No espero ya nada.
Cuando estoy triste, estoy triste para no reír más
Y mis dedos sangran en el flotar de este suelo
que me agota...
Una montaña rosa llora el néctar
de las flores
alucinantes.
Siguiendo el silencio como un cincel
que nos encierra en nuestras casas:
Te quiero.
Y es ancho el bósforo. Como cuesta decírtelo
al oído.
No sólo las abejas responden a mi llamada.
Recuerda esto, recuerda esto cuando el cielo
te aprisione con su melancolía
¡Recuérdalo! Aléjate de la nostalgia que camina
con pies alados.
Recuerda esto, recuerda esto
y si alguna vez lo olvidas
¡Recuérdalo! No dejes que tu bello rostro se afee
con una especie de agua salobre que no más enturbia
tus ojos como el mundo que los miran.
Llora el llanto, lloran los muertos,
aquellos que un día fueron, que ya no son.
La mugre es la tierra que mordemos algún día.
Cuando un pensamiento es triste,
el mundo se detiene.
Cuando la flor se marchita,
su alma sube al cielo.
Pero me cuesta creerlo;
Sólo veo llanto, sólo veo muertos.
¿Dónde he de hallar la felicidad ansiada?
Las montañas están llenas de tristeza.
Paseo desnudo por las Ramblas de mi ciudad,
querida Belinda.
Haré una visita a Arianne con flores prometedoras
de los días soleados.
Para las montañas hoy no es primavera.
Los nombres que conocí están llenos de tristeza.
Sana es la espera.
Mañana vuelvo a ver la antigüedad,
la música de las liras punteadas
por manos femeninas, dulces
que palpitan con la palidez de la nieve, y el rostro
luminoso pero no oscurecido
vuelve a ser la montaña de mis noches.
Ellas buscan la caricia sobre mi piel,
el tacto solamente suave, despertarme...
Despertarme...
No despertaré para verlas a ellas, montañas,
fatigadas en el juego lascivo.
Prefiero caminar desnudo por las ramblas de mi ciudad,
entre flores secas, de tales nombres recogidas en no sé
qué campo incendiado.
El fuego quemó sus rostros y quedaron
sus nombres y también las montañas.
Lejos ha quedado mi alegría, lejos.
Antes era mía pero ya no la conozco cerca de mi.
Algo se ha acabado entre las olas
Tiernas más allá de toda lágrima o mi furia:
Los cisnes milenarios.
Aunque sea lo último que haga bajo esta luz que finaliza
Nadie me creerá, oh, Belinda, pero a ti
Te lo digo con el corazón oprimido y lleno de angustia.
Iré más allá de la Ciencia de la mano de la sabiduría,
Devolveré del hombre la realidad que se agita y clama!
Al hombre, cisne que sueña.
_______
Un anciano me habló sabiamente
y me contó muchas cosas:
Cada paso que damos es más costoso, más doloroso.
Si continúo, ¿no me ayuda Dios?
Porque yo solo no puedo... He vivido bastante
y todo lo que he visto se resume en llantos y en muertos.
Yo solo no puedo.
Recuerda esto, recuerda esto.
Aunque seas Enamorado, recuerda esto.
EL ENAMORADO
Vienes como el Enamorado de Galileo...
Cuando sólo venía para verte
mi cuerpo temblaba nervioso y mis ojos atisbaban
increíbles lugares que el Sol todavía
dejaba caer su luz, más bella en los atardeceres.
Desde mi lugar alto,
los vestigios de un pasado no muy remoto
me hacían temblar como un enamorado en la espera, tal vez
como L´Amoroso, de Vivaldi,
como un perro vagabundo con el frío de la noche abrazado
a su piel,
como un caracol escalando la hierba pensativa.
Su temblor se ve mejor cuando se instala en las flores
y ahí se queda
y el viento le sacude.
Vamos a llevar a la muerte a las bestias
indomables
y sus cuchillos que se abrazaron,
los corazones demasiado,
las grietas que lloran.
Vamos a llevar a la muerte de la ilusión
a esas bestias
descuidadas, Belinda,
con las piedras en las manos
pensativas.
Parecido a una flor que tirita emocionada
mientras noches que quedo inmóvil
en ese lugar alto,
pensativo.
Con alegría y tristeza al mismo tiempo,
los vestigios que el sol todavía recuerda. Los esfuerzos de Platón
acaso se han olvidado.
(De qué han valido tantos escritos...)
ROSAMUNDA
Cuando miro el sol en el amanecer, en la fría mañana
imagino un paisaje imperturbable, hermoso, insaciable...
Veo campos reservados, ignorados, generosos.
Para que me lo diga el sol a escondidas mientras derrite la nieve
la abundancia del agua se precipita por las montañas,
las montañas, mi Amado, (mi Amada).
Puedo saberlo al contemplar tu imagen en esta fotografía:
Si tú no existieras yo estaría muerto.
Quiero ponerte un nombre: Vida.
Si tú no existieras las flores no tendrían colores. ¿Ves
los colores de la tierra y del cielo, el rumor del mar
y el sonido de los pájaros y de todos los animales?
No es preciso decir dónde tienen su origen.
Hay alguien tan bella que irradia una luz poderosa, creadora.
Le pusieron el nombre de la flor más bella y hoy está
repitiendo su acción.
Nadie es insensible a su efecto. Al hablar, al verla...
¿Quién más se dará cuenta de todo esto que estoy diciendo?
Schopenhauer corría por los campos
Estas son unas palabras
pequeñas
que quieren hacerse grandes.
Estas son unas palabras pequeñas que quieren
HACERSE GRANDES.
Hacerse grandes.
Como el mundo. O tus ojos, mis ojos
son tus ojos y tus ojos son
mis ojos.
Nacerá el amor como una margarita
y correrá sin detenerse por el campo:
El río sorteará
la hierba pisará
las piedras morderá
los caracoles sonreirá
la tierra chupará
el trigo limpiará
el cielo fijará
el jilguero silbará
mañana quién sabrá
una flor se abrirá
su tocata reinará
Los árboles.
Los árboles están protegidos por todas partes
Están llenos de gozo.
El GOZO se extiende por el viento como un eco
entrañable.
2ª PARTE
9
INTROITUS
Mozart: Réquiem: Introitus
Oboe en la aspereza y clama.
Las hojas están muertas en vilo están dañadas
¿Y además
cuando saldremos tan largamente mi océano
que se olvida
ciertamente
se derrite así
introitus que se desgarra en mi corazón
y la aspereza que
clama.
La noche nocturna pernocta noctus nocem
Introitus nunca desdeñaré ese
Oboe
largo
que se afila como un compás frondoso
De una luz afilada con un sonido solo.
Corazón
Abandono
Lejanía.
Tus ojos vine a ver
y eran divinos.
Tus ojos redondos se deslizaban sonoramente
como lágrimas por las mejillas
supercantábiles.
Yo también quería compartir esa montaña
contigo
mañana
cuando
la hierba era fresca
olía
a hierba
pasada la noche estupenda
tras la retirada salvaje del rocío.
bárbaro
como una cascada posesiva
mis ojos contra tus ojos desean
lastimarse
con la alegría
reciente
recordarte
y no posible,
inexpresable,
ilusión de un sueño incandescente.
¡Impenetrable. Incognoscible
irrealizable oscuridad y luz contoneadas
enfrente de
mi.
ARIANNE
Siento el gozo de haberlo sentido.
Nada más.
Más que eso mi cuerpo está dolorido
y recuerda la alegría como un lugar
que no está en mi.
LA NOCHE
Mi mirada hacia las estrellas en la soledad cuando la noche
me abriga y reconforta con su música
Celestial:
El cielo que me quiere.
Su amor es la respuesta a mis súplicas
que acarician sus oídos en el monte y la luz descansa
sobre mi cuerpo adormecido.
Buenas noches, mundo.
Os amo lo suficiente como para decíroslo con un grito alentador
y soñar
tendido sobre la piedra fría y húmeda
y mirar el firmamento lleno de estrellas cuando la soledad
pesa más que mi cansancio.
El cansancio de mi ilusión.
El gozo de mi cansancio.
Han pasado tantos años, tantos...
Pero con las manos abiertas hacia él,
mundo en que los sueños se realizan necesariamente,
Tierra y firmamento unidos por el salvaje amor de las estrellas,
mi corazón me dice que lo que ven mis ojos
es tu belleza
Porque mis ojos son sólo para ti.
(ARIANNE)
Otra vez.
Los lirios adjuntan sus tonos
en tu rostro
salpicado
de una belleza barroca.
Espérame en los bosques nieblinos
adonde el cisne
va
y recoge con
los gigantes ojos mis
flores, penas
y olvidos. No descansaré
hasta referirme
a ti, mía,
el duro polen de
los árboles llenos de sexo
están.
Ellos están, en la tierra están.
Pero tú no estás.
Ellos convergen su respiración, pero
tú no estás.
Ellos exclaman milagro, derretidos, pero tú
no hablas,
no dices nada de esto,
no cuentas en la hierba tus deseos.
Y esta música tan estupenda que cree
me reconoce.
Otra vez.
Los lirios adjuntan sus tonos.
I
Mírame.
Los planetas están llorando.
Tu garganta roza el pétalo
maravilloso.
La perfección del color es contigo,
el arte fabuloso,
mírame.
Los ojos, tus manos, el néctar
delicioso. Están contigo.
Mírame.
II
Tu garganta se abre como una flor
-no es una flor cualquiera-
y me encierra, dulcemente agradecido, con la agonía
de los enamorados
sustrayendo
el polen masculino
y depositarlo en las manos tiernas,
casi temblorosas
en un silencio complaciente. Las estrellas
vuelan en el firmamento
y lloran
al unísono preferido
por los grillos.
De noche,
donde la soledad de la noche se abre,
me consuela tu garganta, tu vacío.
Tu gran misterio.
El secreto que llevas ahí escondido.
Mírame.
Puedo decirte que te amo.
Puede calcularlo tu sensibilidad, que te amo,
No necesito temblar para estar seguro.
Y las estrellas
están
llorando descaradamente.
LIBRO II
Lamento.
La nieve se inclina en los ríos.
Mientras, el frío espera.
Penetro en el rostro de los montes piadosos.
El viento reinventa su hermosura
en el gélido romance
y busca
presiente,
decreta
la prematura soledad de la hoja seca.
La invención de los ciegos peñascos protegidos
con el voto de la altura hermosa,
fantástica...
Cuando la fuga obedece a la ley
los fundamentos
no hay principio en la lluvia
que se tiende sobre el suelo dolorosa
buscando los frutos.
Deposito sobre la hierba mi
lamento.
Se ha terminado por fin la fama
de las Estaciones.
Los ríos, las fresas, las nieves,
los secretos ya se han agotado.
Las cuatro de siempre
han teñido de color el aire
y han suspirado
amorosamente
sobre nuestros compungidos corazones.
Las cuatro del mundo de siempre
han exhalado el postrer aliento virginal,
han perecido secretamente.
Los ríos, los charcos, las rosas,
los vientos ya lo han soplado todo.
Sí, se ha terminado la única fama
de las Estaciones.
17
¡Qué hermosa luz
despierta mis sentidos
y me llena de Vivaldi!
El campo alegre y florido
Renueva en la fértil tierra
El ritmo vital de las Estaciones!
18
El crepúsculo volverá a mi
y yo no estaré.
Volverá el día de la Resurrección
con las manos en el rostro.
Duerme la vela que brillaba.
Duerme el perro en su cubil.
Duerme el misántropo positivo.
Duerme la cuerda en su instrumento:
La armonía desafinada.
Otro día que vendrá encogido,
el crepúsculo.
¿El crepúsculo infinito?
¡El crepúsculo infinito!
Otra vez los perros muerden con rabia la luna.
(El crepúsculo viene sonando
con los pies dañados, emocionados.
La sangre emocionada canta
emocionada
¿el crepúsculo infinito?
¡el crepúsculo infinito!
emocionadamente.
La emoción
emociona los contornos
de las hojas más bellas del mundo entero.
Oh, destino de un ser humano
cualquiera.
Oh, pasión
única.
Oh, larguísima
espera.
Oh, emocionante sonoridad
que sepulta mis sueños.
¿El crepúsculo infinito?
¡El crepúsculo infinito!).
EL CREPÚSCULO
Los perros que por la noche
muerden –con rabia- la luna
se olvidan del daño
de una punzada ignorante
en sus corazones.
O la piedra mortal y amorosa
recogida
en los claros pulmones,
llorando la hierba fuerte,
escuchando los ásperos cantos de las cigarras
o el ronco crujir de las hojas graves.
Solo. Alegremente.
Los dos. Eternamente.
Volamos la antigüedad de las hojas
Preciosas
Reuniendo a ellas otra belleza: las balaustradas.
Pero solo. Tristemente.
Los dos. Dolorosamente.
Vamos hacia la quietud del agua
Reconocida en los ojos solitarios y silvestres:
Nuestros anhelos.
Nuestros anhelos nacen de madrugada,
esperan,
mueren tácitos la tarde a solas,
iluminada,
inventan historias de horizontes,
mares que se cuelan de madrugada y sonríen
amorosamente llenos,
los pliegues de tu piel reluciente.
Únicamente: Tú.
Tú eres la alegría de mis labios rotos,
ocupas mi sueño,
deparas mi sed,
recoges mi cansancio,
entregas las llagas poderosas.
Tú, con brío inventado
empujas los mares del amor sostenido,
soplas con fuerza las velas al sol del horizonte.
Siempre venías con una flor en el pelo
Hacia mi figura joven, detenida,
Y hablabas:
“Entrego mi humedad sonora
en tu fragilidad serena.
Ven conmigo luego”
Solo. Alegremente.
Los dos: Eternamente.
20
La memoria del alma
¡Qué romántica!
Nada por los torrentes hacia los confines intemporales
entre los bosques desconocidos.
Qué hermoso el rostro que no veo,
qué hermosa la voz, la dulzura,
las virtudes del alma que brillan...
La inquietud del hombre,
esa inquietud romántica.
Los bosques y las montañas acogen
a todo aquél que busca.
Es tan hermoso... ver la Primavera
en las fuentes vivas, luego el cálido
Verano cantar como una trompeta;
El Otoño con las uvas y las hojas amarillas
y el Invierno con las nieves entre los árboles...
Las Estaciones pasan,
las Estaciones pasarán.
Y los hombres podremos regocijarnos
con ellas y entre ellas
saboreando el romanticismo
de la vida y de la muerte.
ARIANNE
Es como un poema, una canción,
un secreto que se baila.
Es como un encuentro artístico,
una alfombra que sube por la escalera,
las burbujas de una copa de champagne.
Es como la sal disuelta en tus ojos,
la chispa que enciende el deseo
y lo concentra en tus ojos.
Oh, Arianne.
Llevas un alfiler en el vestido
¿no lo ves?
Así aproxímate a los jóvenes que buscan
y esconde tus defectos. Tu rostro
brilla como una rosa dulce de cristal.
Serenamente acariciada tú
por mi mirada que te busca con inocencia,
sonriendo,
¡bella Arianne!
22
“El Regreso”
Uno es la Eternidad.
Yo soy el que te ama.
Espera al horizonte que nos trae un barco eterno.
Las llamas vuelan,
Las llamas rezan,
Las llamas son el Fuego abierto.
Ámame tú, ¡Infinito!
M A G N I F I C A T
El recreo.
El recreo del espíritu.
El recuerdo.
Recuerdo cuando caminaba en verano por el campo,
la casa blanca y el mar.
¿Qué es la atención? ¿Qué es
el recuerdo?
¿Qué es la memoria?
La atención es energía que se extiende
ilimitadamente y cobra forma en los cuerpos,
por eso un perro es un perro etcétera.
La memoria del alma
es la memoria de los vientos,
de los árboles eternamente serán.
Y el agua
que se mueve delante de mi
mansamente en el siglo
Y alrededor crecen lirios y azaleas.
¿Qué es la Conciencia y el amor?
¿Qué es el amor?
Energía es igual a masa por amor.
E = m . a
Porque amor
es Vida,
Vida para un cuerpo que envejece
con la exactitud del Tiempo;
Vida necesaria
para no morir.
Conciencia es amor, amor es Vida;
Vida es Vida,
Felicidad,
secreto que escapa a la mente
y llena el infinito universo.
Conciencia
Quisiera que fuera mi cuerpo.
Si no camino hacia el nacimiento...
Nada será, oh, tristeza
de la música inteligente y hermosa
(Mente sana en cuerpo sano)
¡Oh, células, vosotras
que me veneráis como a un dios
y trabajáis incesantemente
bajo la dirección del Padre!
Conciencia
debo hacer
y amor
renacer.
Amor es Conciencia,
Conciencia es amor.
Y así me digo con la inteligencia que poseo:
Amor
quisiera que fuera mi cuerpo.
Oh, Universo, creado por Amor.
Oh, hombre, ¡tú también! ¡Agradécelo infinitamente!
El Canto del Cisne
Los pétalos volaron de arriba a abajo
desde un lago salvaje que habita en el corazón
del misterio de los bosques irresolutos.
Tu palabra es tu alma,
con ella me dices un sueño.
Cuéntame las maravillas que en tu rostro se encienden,
chispas que indagan en la oscuridad y abren la luz
porque yo sé
yo sé cuánto tiempo se dejaron llevar los pétalos
mecidos en la barca del lago soñador.
Mientras tú los dejas, tú los dejas libres,
de izquierda a derecha caen y su rastro
de pétalos es el camino, tu camino mañana.
Atrás quedan esos ecos de la historia,
pétalos acostumbrados a tu voz indomable de cisne,
Cisne que significa toda la palabra pasada que no volverá
a escucharse
pues la mujer vierte conmigo un llanto similar al de la muerte
o al de un cisne.
Más abajo, más abajo, donde los pétalos se hundieron
como pececillos de un atardecer único, atardeceres
convertidos en pececillos
se hundieron y ya
se hundieron los pétalos para hacer tu collar.
Significa eso que ya nunca,
nunca es una palabra que no volverá a escucharse.
Déjalos flotar sobre el agua
dulce
Quebrando el silencio del agua dulce.
FIN
Poemas no incluidos
de amor
CREDO
Alma arraigada
Véelo, yo vuelvo a verte. El sol
es el labio –triste- de tus mañanas. Alma
que no cesa de morir y preguntar
¿hasta dónde
caminan tus huellas profundas y silenciosas
caminan que todo viento contempla
alma que todo viento contempla
y ves pasar un río más entre tus piernas.
No eres recóndita como una perra.
En ti se han fundido dos hierros singulares
se besan los cuerpos y me seducen a veces
Eres como la hierba mecida en un mar inexistente
Eres un instante frágil en mis ojos
Contigo he venido a luchar
Contigo alma y la siembra
de los sauces llorones en la ribera de los ríos.
¿Y qué he de decirte
cuando las flores se abren y la mañana
devuelve al mar sus cantos
emotivos?
¿Si la hierba crece despacio
cuando la miras sin pestañear
con la delicadeza de una
gran mujer?
¿La amarás mejor?
¿Conocerás sus infinitos anhelos?
¿Besarás los juveniles lamentos
que se abrazan a ti y trepan?
¿Desearás algo más que amor?
Es un néctar delicioso
que nace un día y siente
El agudo sabor que maravilla;
Es una caricia imposible...
Como el horizonte en la tarde,
como la luna y el sol lejanos,
como un día que va y viene
como algo que comienza y tiene fin
como una mano extendida
como un beso delicado
como un hola y un adiós
como el contorno visible de las cosas,
como el futuro predecible,
como la vida termina con la presencia
invisible de los sentimientos –tus sentimientos-
más íntimos
abrazados a los sentimientos –mis sentimientos-
más íntimos
con una fuerza inextinguible
perdiéndose juntos por el espacio estrellado
e infinito.
Uno es la eternidad.
Yo soy el que te ama.
Espera al horizonte que nos trae un barco eterno.
Las llamas vuelan,
las llamas rezan,
las llamas son el fuego abierto.
Ámame tú, ¡Infinito!
Tú eres sencillamente
armonía de una nube silenciosa,
hilo transparente de agua fresca,
escudo batiente de la tarde
situado antes de los amaneceres lisos.
Lago del poniente cercano,
cercano y sonríes,
amas sin descanso tu destino.
Piedras de fuego en mi corazón dolorosamente,
dardos que el amor puso en mi alma.
Uno es la eternidad.
Yo soy el que te ama.
Poemas no incluidos
de muerte
Perenne es el árbol perenne
que llora,
llora en el camino como una paloma triste,
abedules de un sueño triste
con sus plumas consagradas. Contra el beso,
el viento de mi boca y los ríos
¡necesariamente!
Perenne es el árbol perenne
y si llora
no conocerá el molino que se agita.
No conocerá las ruinas ni el viento,
árboles agitados por la vida Madre misma
¿Y si tú fueras su necesaria ilusión
que le acerca al romanticismo
como nunca
reunión
hojas y hojas
pasadas
fueron bellas antes, antes.
Cuando un valle se agosta, vencido
en la melancolía
de una luz tibia.
Sensación.
¿Y qué es ese pájaro humillado
de un fondo claro
detenimiento
Azul espeso
otra forma sin duda la muerte
y la cena.
Cuando un valle se agosta, verdadero
Mi profundidad lo encierra
De verdad que siento una ley en mis miembros
el canto de los pájaros
triste como un descubierto
una ley en mis miembros
viene, ay, un susurro
repugna a la ley de
mi mente...
Y me encadena a la ley de los valles complicados.
Mis bosques mi tarde ignorados
La otra palabra: Además.
Unos chopos iluminaron mi jardín
Unos chopos cualesquiera.
No me importa pensar en mi silencio
devastador
que se dobla como un valle
hacia la profunda hierba
caprichosa y no vuela
hacia la hoja preciosa.
Los chopos tienen forma de lágrimas...
(el agua cae con las cataratas)
compadezco a los pájaros que pían.
Y el agua sueña
con los ríos románticos llenos de tristeza.
Los árboles llenos
de ramas
Las ramas llenas
de hojas
Las hojas llenas
de misericordia.
La misericordia se introduce
más que el aire,
Mi jardín.
Éste es un libro único, que quiere ser muy bonito.
Un libro que quien lo lea se tiene que emocionar.
Un libro de esos que se tendrá siempre en la estantería de los libros antiguos y lo amará.
Aunque no se conozca el autor y sea anónimo, un día será un libro antiguo que invite al ensueño, y llenará los corazones de romanticismo.
Habrá quien lo guarde en la mesilla de noche de su castillo o en su palacio imaginario, o sobre la encimera de la hoguera en el salón, junto al piano.
No importará su autor, ni la fecha de su composición, ni su contenido. Sólo importará el romanticismo que es eterno y vive en las palabras...
Comenzará cuando deje de escribir con el pensamiento y terminará cuando no sea posible.
He aquí el principio: El libro ya ha comenzado a escribirse mucho antes.
Atrás quedan esos ecos...